El emprendedor
miembro de diversas organizaciones (Renovación Conyugal, de INTECO -Iniciativa
Tecnológica Centro Oriental-, de la Cámara de Comercio de Puerto Rico, de IMC,
entre otras), Félix Manuel Santiago Díaz, el
séptimo de diez hijos de don Sinencio
Santiago Padilla y doña Nectorina Díaz Sánchez. Este evento se dio en el barrio
Guardarraya de Patillas, llegando al mundo por los servicios de la comadrona
Aurelia “Mami Lela” Padilla; su abuela paterna. Precisamente, fue la figura de
su abuela, en combinación con la de sus
padres, quien influiría grandemente en su
formación futura.
En el seno de su hogar Félix adquirió
la sensibilidad por lo humano, los principios cristianos que tan hondo han
calado en su vida, el amor a la tierra en que nació y el saberse valer por mérito
y esfuerzo propio. Cuando se le pregunta que más ha influenciado en su vida, no
titubea en mencionar a su mamá. Doña Nectorina, con apenas un cuarto grado de
preparación, tenía una inteligencia sorprendente que le permitieron crear una
conciencia visionaria y administrar con prudencia la economía del hogar en un
periodo donde la abundancia no existía.
La educación escolar recibida fue en
su pueblo natal, que combinándola con la crianza y las experiencias vividas en
el campo, el joven Félix desarrolló herramientas fundamentales para su continua
formación.
Estas herramientas se pusieron a
prueba cuando él concientizó lo difícil que le era al jíbaro campesino de su
tiempo emprender una carrera universitaria. Por lo tanto, el anhelo de entrar a
una universidad le obligaba a no descuidar su preparación académica. Después de
años de estudios y ardua entrega, en el 1979 se graduó como ingeniero eléctrico
del CAAM: Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez.
Amante de la música, de la lectura, de
la naturaleza, de los deportes y de las aventuras, Félix se cataloga a sí mismo
como un maestro frustrado, porque entiende la importancia que tiene la educación
para la formación compacta de una sociedad. Tal vez por ello es que el
personaje literario con el que más se identifica es con Don Quijote de la
Mancha.
Cada una de esas experiencias, y de otras
tantas más que aquí no están expuestas, motivaron a Félix Santiago a fundar la
compañía EDNet en junio del 2001, idea que había estado rondando en su
conciencia desde el 1998. El interés de fundar a EDNet nace ante la inquietud de saber que las telecomunicaciones no
llegaban a todos los sectores del pueblo, que las personas de escasos recursos
económicos o que vivían en sectores apartados de los centros urbanos no tenían
acceso a este mundo. Estos componentes fueron fundamentales al momento de
elegir un nombre que identificase a la compañía: Educational Services Network, Corp., que en imagen a lo
que la empresa representa, tendría una traducción que diría algo así como “Educación que da Servicios usando como
medio Recursos Tecnológicos”.
Y en ese viaje emprendedor se aventuró
en aquel verano de hace doce años atrás, teniendo como primeros clientes a la
Academia Bautista de Yauco y al Colegio Perpetuo Socorro de Salinas. Como
ocurre en todo proyecto emprendedor, no hubo quien le dijera al señor Santiago que
estaba “loco”, porque el enfoque de su idea estaba dirigido en dar y ofrecer
servicios más allá del interés de hacer fortunas.
Comparando los cambios que ha vivido
la empresa desde sus inicios hasta el presente, Santiago identifica dos en
particular: la capacidad de atender áreas específicas y descuidadas por la educación del estado y contratar
especialistas que se desempeñan en estas áreas. A su juicio, ese compromiso
social-educativo lo lleva a identificarse con el proyecto más emprendedor de la
empresa: Estudios Asistidos. Su compromiso con la educación es evidenciado con
el reto más ambicioso que tiene la empresa: la administración de escuelas. Con
esta administración pretende transformar la educación de hoy implementando proyectos
con tecnología comprometida en el aprendizaje de nuestros estudiantes.
La duda de si su proyecto tendría
éxito taladraba su conciencia; y hoy, doce años más tarde, entiende que el
riesgo valió la pena, pero entendiendo que todavía falta un mundo entero por
descubrir, por conocer y en el que se debe crecer. Ese crecimiento total se
conseguirá cuando cada empleado de la empresa internalice y aplique el concepto
de “servicio”, pero servir con amor.
Mientras
esos proyectos se consolidan, el señor Santiago sigue siendo el feliz padre de
la psicóloga industrial Lourdes Milagros Santiago Gely y el digno esposo de la señora Vilmarie Burgos, con quien contrajo
matrimonio en el 2003. Félix entiende que todavía le falta mucho camino por
recorrer en ese inagotable periodo de aprender a amar y servir
incondicionalmente. Como empresario, quiere ver terminado el proceso de
transformación de EDNet, hasta el nivel máximo posible. A base de sus
experiencias, él entiende que la empresa apenas comienza a encaminarse hacia esa transformación esperada.
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